Con cierto retraso desde la salida de “Ultimasmentes”, a causa de lo apretado de la agenda de nuestros amigos los Barones, por fin pudimos cuadrar una fecha y llevarles el pasado sábado 24 de febrero al programa radiofónico La Hoguera. Aquí tenemos reproducida nuestra jugosa charla con Carlos De Castro y Ángel Arias.ALIANZA: Habéis editado un directo, un disco de versiones, recopilatorio... Pero habéis tardado unos añitos en volver a sacar material nuevo. ¿Por qué?
CARLOS: Habría muchos motivos. Posiblemente es que la demanda no presiona mucho en ese nivel. Antiguamente sí, había que sacar un disco cada año, lo pedía la gente, el mercado absorbía, era necesario. Hoy en día es más importante las actuaciones.
A.: Da la sensación de que Barón Rojo ahora mismo está cómodo. No tenéis agobio ni necesidades, se os ve en el directo muy bien. Como que ya no esperáis llegar a más ni tampoco a menos, habéis logrado un nombre importante que no vais a perder. Y se os ve muy tranquilos. El último trabajo nos ha sorprendido, suena fresquísimo, no suena como una banda que lleva tantos años en los escenarios.
C.: Es un poco lo que tú dices, hacemos las cosas según nos vienen a la cabeza, y ya está. Ya estamos desengañados de todo, y sabemos hasta dónde vamos a llegar. Ya se trata de una labor en la que puedas moverte bien, tocar, tener un contacto con la gente, actuar, grabar, y por lo menos poderte expresar como hemos estado haciendo todos estos años. Y luego, si nos viene algo más, bueno, nunca se sabe cuando puede dar la vuelta a la tortilla y cambiar todo. Es difícil que cambie (risas), pero la esperanza es lo último que se pierde.
A: Os vimos en las fiestas de Fuenlabrada, y disfrutamos como enanos, era como si fuera la primera vez que subíais al escenario, era alucinante.
ÁNGEL: El grupo en las actuaciones se deja la piel para que la gente disfrute, y de hecho todos los años repetimos en varios sitios. No puedes subirte al escenario y tirarte a la bartola, te tienes que amoldar un poco a los tiempos.
C.: Hay razones adicionales que no nos permiten tener un nivel de creatividad como teníamos en el pasado, somos currantes, lo normal es tener algún tipo de actividad, y eso te quita tiempo que, si trabajaras sólo en esto, podrías dedicarte más a fondo. Pero creo que tampoco importa mucho, porque muchas veces si te metes demasiado te puedes repetir más de la cuenta. Está bien hacer las cosas a su tiempo, cuando realmente tienes algo que decir.
A.: Este trabajo nos ha sorprendido mucho, hemos encontrado canciones realmente originales, por ejemplo, “Al Final Perderán” tiene unos ritmos que nos suenan como a latinos, quizá no lo veis así. O los tema que canta Armando, o que cante Ángel, son cosas nuevas para Barón Rojo. Seguís evolucionando.
C.: Hay ciertas cosas que se nos han ido pasando con los años, y cuando lo metemos decimos: “¡Hostia! ¡Una novedad!” (risas). Cojonudo. Parece mentira que después de 26 años haces algo que pueda sonar medianamente nuevo, original o fresco. Tampoco es que esté muy preconcebido, no hacemos ningún planteamiento, ni ningún esquema, lo que sale, sale.
AN.: No hay nada premeditado, te pones a trabajar, y sale eso en ese momento. Unas veces aciertas y otras no. Vamos, no es que aciertes o no aciertes, es que unas veces gusta más a la gente y otras veces gusta menos.
A.: Ángel, ¿cómo surge el que cantes tú una canción? Nos gusta bastante, es muy hard rock americano, en plan Guns´n´Roses o algo así.
AN.: No sé, es mi manera de hacer las canciones. Luego, los temas que he compuesto con Barón tienen todas la esencia de Barón, porque las guitarras son sus señas de identidad clarísimas. Surge de la manera más torpe, tú creas una canción, haces la melodía, empiezas a cantarlas, y un poco por tesitura de voz, tal y como quedaba nos pareció que a lo mejor con la voz que yo tenía, como una curiosidad... Se hizo, y la verdad es que está gustando.
A.: ¿Y tú te gustas?
AN.: Hombre, yo me llevo muchos años oyendo (risas). Cantar cara al público puede ser nuevo, pero yo siempre he hecho voces. Y en los temas que yo he aportado a Barón siempre iban con la melodía cantada, a nivel interno del grupo. No me asusta. Otra cosa es que yo me considere un cantante, o un buen cantante. En directo es una pincelada que está ahí, puede haber alguna otra quizás, pero tampoco me veo haciendo un repertorio de quince temas. Barón Rojo tiene un cantante que es Carlos De Castro.
A.: Viendo vuestra web vemos que no paráis. No hay mes sin conciertos, de tres a ocho al mes. Tocáis en todas partes.
C.: Alguna razón habrá. Quien te contrata hoy en día en que está tan complicado, pensará que le trae cuenta. Quizá porque lo hacemos bien, porque somos buenos chicos (risas), porque no somos muy caros... siempre hay muchas razones. Quizá que no hay tantos grupos para contratar que garanticen un mínimo taquillaje... La razón verdadera la sabe el que te contrata. Pero grupos hay miles, y muy buenos, y es bueno que sea así, está creando un estado de necesidad en la población que algún día explotará por algún lado. No creo que vayan a estar los medios siempre así, tendrá que haber un cambio de alguna manera. Nosotros tenemos un estatus en el que podemos tocar y crear una expectación. A la gente que está empezando le cuesta muchísimo más. También puede haber tendencia en los grupos a durar poco, a lo mejor han grabado algo y han funcionado medio bien pero han desaparecido, y de ahí han salido tres grupos distintos que tienen que volver a empezar todo el proceso. Son cosas del negocio, ni lo hemos creado ni lo hemos inventado, pero vivimos en él, a ser posible lo mejor que podamos.
A.: A la hora de seleccionar el repertorio para incluir en un nuevo trabajo, ¿os sentís presionados por si gustará o no gustará, o metéis las canciones a vuestro gusto sin preocuparos?
AN.: Hemos ido a tiro hecho, han ido surgiendo los temas. Siempre se quiere hacer un trabajo de puta madre que alucine a todo el mundo, pero luego está la realidad, lo que haces es lo que haces, y punto. No puedes hacer un trabajo intentando marcarte directrices, a veces estás más próximo a lo que la gente le gusta, y otras no. Por ejemplo, este disco está gustando mucho más que “20+”, y con ese trabajamos muchísimo también, y trabajamos de la misma manera, la forma de componer y de hacer las cosas es la misma. Son momentos distintos. Puedes componer un tema un día, unos días después otro, y gustar más a la gente el del otro día, pero los dos están hechos igual. Lo que haces en el momento es lo que cuenta.
A.: Vosotros que tocáis con muchos grupos, ¿qué bandas hay ahora que os hayan llamado la atención?
C.: Últimamente he conocido los Deltonos, me parece muy gracioso lo que hacen, en el recopilatorio que han sacado han incluido también un tema de Barón.
A.: Hablando de recopilatorios, ¿“Las Aventuras del Barón” salió con vuestro consentimiento?
C.: Bueno, la gente quizá no sabe que no tienen que pedir nuestro consentimiento. Cualquier compañía que tenga los derechos de unos temas puede sacar cuantas recopilaciones quiera sin pedir permiso al artista.
A.: Los temas no son propiedad vuestra, es alucinante.
AN.: Una cosa es la canción, la autoría, y otra la grabación. Las grabaciones cuando fichas por una compañía, pertenecen a la compañía.
C.: Y si salen 700 formatos nuevos, las pueden volver a editar en todos esos formatos. Ya no pierden nunca la propiedad de la obra.
AN.: Lo que no tienen es la autoría de la canción, que es una obra creada por esa persona. Pero el disco, la grabación, son propiedad de la compañía.
C.: Y ni eso es totalmente así, la mayoría de la gente firma la cesión de los derechos editoriales, que es el 50% de los derechos de autor. El artista cobra por dos conceptos, uno es el royaltie, por cada disco vendido, y otro son los derechos de autor.
A.: Y en la práctica no cobra nada.
C.: Depende. Si vendes, algo cobras. Del royaltie, cuando dejas de estar en la compañía o ya no se venden más discos, no cobras ni un duro. Y de los derechos de autor, si a su vez cuando has hecho el contrato les cedes el 50%, se están quedando la mitad de lo que ganarías. Como todo, cuando firmas un contrato discográfico depende del poder que tengas para decir esto sí o esto no. Nosotros hace muchos años que no cedemos los derechos editoriales, somos los autores al 100%. Ahora, volviendo a conectar con lo que decíamos antes, la música siempre pertenece a la compañía.
A.: Algunas canciones de “Ultimasmentes” son composiciones recientes y otras estaban hechas hace tiempo.
C.: Sobre todo “El Hombre de las Cavernas”, que compuso Armando hace once años para un proyecto que iba a hacer en solitario.
A.: ¿De qué hablan vuestras letras?
C.: A mí también me gustaría saberlo (risas), porque no hay ningún tipo de planteamiento a priori cuando te pones a hacer la letra de una canción. Las ideas van rondando la cabeza, y un día dices “creo que tengo una métrica que puedo encajar en esta melodía”. Y no es sólo lo que puedes decir, también la musicalidad que pueda tener, es un compromiso entre todos los factores, la musicalidad, la métrica, la melodía, la interpretación. Y hay cosas que suenan bien y cosas que suenan mal. A veces haces una letra, y sin cantarla dices: “qué palabras más raritas he usado, esto no pega ni con cola” (risas), y otras veces, funciona. Si te pone con canciones que has oído toda la vida, y ves las letras escritas, ves que son gilipolleces, pero que resulta que suenan bien (risas). Es uno de los hechos más raros en la composición. Canciones raras al cantarlas según la melodía cambian totalmente. Y luego algo que en papel ves muy factible, ves que no vale para nada.
A.: No queremos hablar del Sherpa, pero sí hay algo que quiero consultar. Leyendo una entrevista con él en la revista La Olla Music Rock Magazine, venía a decir que el nombre de Barón Rojo pertenecía a la compañía, y que al marcharos os lo vendió, o algo así. ¿Lo podéis aclarar?
C.: Si digo todo lo que sé del tema, habrá gente que resulte dañada (risas). Pero no quiero entrar en guerra. La realidad: el nombre de Barón Rojo, ahora mismo, pertenece a Sony. Eso es así.
A.: No vamos a perder tiempo hablando de la reunión, porque en vuestra web oficial www.baronrojo.net ya viene una nota de prensa dejándolo todo bien claro.
C.: Cierto. Hubo un momento en que pudo haber reunión, pero no quiso Sherpa. Quisimos Armando y yo, le llamamos y dijo que no. Estaba haciendo proyectos que consideraba más interesantes. No lo juzgo. Las personas tienen libertad para tomar decisiones. Pero igual que él tenía su libertad de decir entonces que no le interesaba, nosotros también tenemos la nuestra ahora mismo para decir que estamos en un proyecto que consideramos más interesante, y no nos interesa hoy por hoy rehacer la formación original.
A.: Ya que hablamos del pasado, habréis visto la foto publicada en la Heavy Rock de Coz, glamourosos, con brillantina, pintados... irreconocibles, sobre todo tú.
C.: Sí, aunque dice que es Coz, éramos Kafrú. Ya hubo hace años un concurso en otra revista para reconocerme. El batería era Miguel Jiménez, que fue el primer batería de Rosendo. Estábamos acojonados, el planteamiento era hacer algo así tipo Kiss o New York Dolls, cosas que funcionaban a nivel internacional. No sale en esa foto, pero había una cantante en la onda Janis Joplin, Carmelie Jamison. El grupo funcionaba de dos maneras, con la cantante o sin ella, y en esas fotos seguramente no salía porque andaba muy pedo (risas), porque la niña llevaba una vida un poco fatigosa. Debía de ser el año 72. La primera gala que hicimos fue en Eibar, en el casino. Estábamos acojonados perdidos. Cada uno teníamos un modelo internacional, tampoco éramos muy originales, y de maquillaje tampoco sabíamos mucho. Vi casualmente a Slade en Benidorm, creo que también en el 72, y fue impresionante, pero la gente del pueblo no los soportaba, los querían matar. Ser rockero entonces era la hostia, hoy en día no llama la atención pero en aquella época... En el fondo éramos sólo gente normal que queríamos tocar, pero buscábamos tener un poco de repercusión.
A.: Lástima que no haya nada de documentación audiovisual de aquella época.
C.: Recuerdo hasta a quien hizo las fotos, Manolo Recarte, hizo un reportaje completo de una gran calidad. El vídeo ni existía, claro. Aquél grupo tenía su gracia, éramos dos guitarras, dos bajos y dos baterías, y la cantante, que murió, y es la hermana del guitarra de Cañones y Mantequilla.
A.: El DVD en directo de Aqualung tuvo muy mala calidad, hace falta otro en condiciones que refleje bien al Barón Rojo actual.
C.: Fíjate, que cinco minutos antes de la actuación no habían llegado las cámaras, diciendo eso imagínate lo demás.
AN.: Un desastre total. También pilló un momento en que la compañía había cambiado de dueño, la gente que la cogió llevaba mucho en la industria, pero no como compañía de discos. Musicalmente creo que el DVD suena bien, pero la imagen... bueno, los he visto peores. También la descoordinación entre preguntas y respuestas, los créditos no vienen bien. Un poco desastre.
A.: Este disco invita a un nuevo DVD en directo, es de lo mejor que habéis sacado en los últimos 15 años. Sería buena idea.
C.: Nosotros vamos a promocionarlo los tres próximos años (risas). No tendremos la promoción de una multinacional, pero sí será larga y fructífera, el resultado se verá a ese tiempo vista.
A.: Muchos miles de fans vuestros se creen que Barón Rojo desaparecieron hace muchos años. Si toda esa gente se enterara... las revistas especializadas no las compra un padre de familia de 40 años.
AN.: En los 80 Barón Rojo tuvo muchísima promoción, incluso saliendo de la órbita del rock. Un chaval de catorce años quizá no, pero Barón Rojo le suena a todo el mundo. Al acabar los 80, cayó en picado todo el rock, se sumergió, y hoy en día parece que si no sales en la televisión no existes. Hasta cierto punto es normal que alguien que no está metido en esto crea que ya no funcionas.
A.: Creo que se va a grabar un documental, o algo así, con vuestra historia.
C.: Como la televisión no nos hace nada, lo haremos nosotros, y a ver si les engañamos y se lo vendemos a alguna (risas). Lo va a hacer una productora, pero sólo está en fase de proyecto. Es una cosa que se sale de lo normal, y si funciona, puede tener muy buen color.
AN.: Y van a ir a tomar imágenes a la presentación de Madrid.
A.: Ha habido varios cambios. Ya es definitivo Caracol, pero antes iba a ser en Heineken. Y mejor, porque con 800 personas de capacidad sólo 300 ven el escenario.
AN.: Sí, exacto. Quizá Caracol sea un poco más pequeña de aforo, pero tiene mejor sonido, es mucho más cómoda para la gente y más cómoda para nosotros, y el escenario es más grande. Al caerse Joy se tomó una solución de urgencia sin contar con nosotros, pero cuando lo hablamos decidimos que era mejor Caracol.
A.: Y antes de Heineken iba a ser en Joy.
AN.: Hemos recibido cartas en la página de personas que decían que a la gente del rock la tratan muy mal. Y también lo estamos sabiendo por promotores y mánagers. Y no le vas a dar comer a alguien que no te está tratando bien. Hay muchas discotecas que hacen conciertos y desalojan con cierta rapidez para acondicionar la sala de nuevo como discoteca, pero lo que no puedes hacer es ir dando escobazos a la gente. Yo no lo he vivido tampoco, pero sí hemos recibido quejas. Se cambió sin decirnos nada a Heineken, y cuando nos enteramos, a ninguno nos gustaba esa sala, por eso se cambia de nuevo a Caracol.
A.: ¿Volveréis a llevar sección de metal? Quedaba bastante curiosa.
AN.: No, alguna vez hasta nos han contratado con la condición de llevarles, pero en realidad no ha habido mucha demanda.
A.: Ángel, eres el quinto cantante de la historia de Barón Rojo. Jose Luis Campuzano, Armando De Castro, Carlos De Castro, Maxi González y Ángel Arias. Alguna vez he visto a Armando cantar canciones de Carlos, como “Te Espero en el Infierno” o “Breakthoven”. ¿Habéis pensado en que cantes también tú ocasionalmente alguno de los temas tradicionales?
AN.: El cantante de Barón Rojo es Carlos, y Armando y yo metemos la pifia de vez en cuando. Yo he metido una pincelada en este disco. Si surge volver a hacerlo en otro disco la haremos. Pero en principio Carlos asume todos los temas, y creo que a un fan no le gustaría escuchar un clásico cantado por mí estando allí Carlos. A lo mejor una vez no quedaría mal, pero es algo que ni nos habíamos planteado siquiera. A mí no me parece que cante tan de puta madre como me dice la gente. Sí ha dado color, en ese disco hay tres voces. Pero el cantante es Carlos. Otra cosa es que, si en un momento dado Carlos sufre un catarro o una infección de garganta, y antes que suspender cantamos Armando y yo.
C.: Es tranquilizador que en caso de baja siempre hay alguien que te puede sustituir (risas). Hubo una vez en la que estuve tan mal que yo no pude no ya cantar, no pude ni ir. Y tocaron como trío.
AN.: Cuando se trata de que cante otro o suspender, la gente lo entiende, incluso aprecia el esfuerzo. Pero eso no quiere decir que sin necesidad yo vaya a cantar clásicos, personalmente yo no lo veo.
A.: ¿Estáis tocando muchos temas del nuevo disco?
C.: Se tocan una cantidad importante de temas nuevos, más de los que se suelen tocar otras veces, nos hemos puesto últimamente como los Iron Maiden (risas). Estamos tocando muchos más de los que hemos tocado nunca en ocasiones parecidas.
AN.: Normalmente tocamos tres, ó cuatro como mucho, y a los dos meses hemos quitado dos. Y estamos apostando, además la reacción de la gente es bastante buena. Hay gente que no conoce los temas, pero muchos que sí. Estamos metiendo siete u ocho. Intercalando con temas de diferentes épocas, claro.
A.: Ángel, este año se han reunido Panzer para actuaciones puntuales, también Sobredosis, Bella Bestia también hicieron un Viñarock hace tres años... si te propusieran algún concierto con Niagara, ¿qué dirías?
AN.: Me lo han ofrecido, y he dicho que no.
A.: No teníamos ni idea. ¿Qué hay que hacer para que cambies de opión!!!???
AN.: A lo mejor hacer alguna conmemoración muy puntual... pero lo que nos han ofrecido han sido hacer un Leyendas y un Viña y cosas así. Pero yo soy el bajista de Barón Rojo, y mi dedicación en directo es con Barón Rojo. Hay quien lo hace, y bien por ellos, pero bajo mi punto de vista, yo no veo tocar con Niágara y cuatro horas después con Barón Rojo.
C.: No tenéis en cuenta de que para algo puntual también hay que ensayar, y eso significa echar muchas horas.
AN.: Pero aunque tuviera tiempo, no veo con buenos ojos ir pasando por el escenario con distintos grupos. Es mi opinión, mi hermano no opina como yo, ese día estará con Sobredosis y con Ñu, y con quien le llame (risas). Aparte de que es complicado. El año pasado, antes de tocar en el Leyendas hicimos dos bolos, veníamos desde Extremadura, y llegábamos hechos polvo. Mi dedicación es con Barón Rojo, y no voy a adquirir compromisos que no sepa que no voy a poder cumplir. Igual si en un futuro Barón se vuelven a unir (risas) es el momento de volver a juntar Niágara. Y tampoco fue un grupo lo suficientemente fuerte como para regresar y juntar masas. Hay que ser realistas. Pocos grupos hacen 60 bolos al año como Barón Rojo.
A.: Para finalizar, ¿qué canción del disco consideráis la que debería haber sido single, la más emblemática?
C.: Yo pensé en “El Hombre de las Cavernas”, porque lo veo cierta comercialidad, por la letra sobre todo. Como mínimo es un tema gracioso. Pero ya no se sacan singles.
A: Pues gracias por el tiempo dedicado a esta entrevista. Hasta la próxima.
C. y AN.: Gracias a vosotros.
Carlos Treviño, Nacho Jordán y Ana Ouro